04 October 2010

BEARDED





























5 comments:

Anonymous said...

Cuando voy por la calle, la atracción que me provocan los hombres barbados es I-RRE-SIS-TI-BLE para mí. Aún tengo en mi mente un hombre que vi hace dos días cruzando la calle, de mediana edad pero de un rostro perfectamente barbado. Sus rasgos eran un delicado equilibrio entre masculinidad y belleza, y ¡Por Dios!, qué masculinidad!, me quedé mirándolo inmóvil, hasta que me di cuenta de que si no me movía de allí me iba a atropellar un colectivo. Y cuando el hombre con barba -como casi siempre ocurre- posee uno de esos cuerpos peludos de colección, como los que mostrás aquí... bueno, eso es simplemente de infarto, querido amigo.
De todos estos, me quedo con el Nº7, que me despierta una recóndita ternura.
Buen comienzo de semana, Hairín.

Anonymous said...

Perdón, conté mal. Es el nº6. Un peluchín, verdad que es tierno?

Hairy4ever said...

“Fíate de las descaradas escotadas hasta el ombligo, porque las ves venir. De las modositas de cuello tortuga, ¡jamás!” (Del refranero de las abuelas).

Ese peluchín, con su candor e inocencia, de niño bueno que nunca ha roto un plato es una verdadera Arma de Destrucción Sexual Masiva. Un modosito tierno que puede hacernos, literalmente, enloquecer. Hasta el infinito. Un delicioso peligro.

Todas las fases del “ciclo barbar” me gustan a rabiar: desde la barba de final de día, rasposa y lijosa, sea del obrero o del ejecutivo, a la hirsuta o, como dicen en italiano, “morbida”: poblada, esponjosa, tupida, en la que hundes los dedos, surcándola mientras comes con voracidad de náufrago la boca de su poseedor.

Comprendo que una visión así te paralice, pero Franquito, mi vida, vigila con los colectivos, que los carga el diablo… llenándolos de barbados/barbudos/peludos.

Si no, que te recuerde Albert nuestros conductores de bus… Hay uno de la Línea 56 que me infarta cada vez que cruzo por delante de él. Un día de éstos capaz soy de tirarme bajo las ruedas… Porque el muy cabrón, ni puto caso que hace a nadie!

Feliz semana. Besotes.

Anonymous said...

Sí, querido... ya lo sé, ya lo sé. Que siempre me han gustado estos "modocitos tiernos", y sé que son los más peligrosos. Pero... ¿quién prefiere a los NO peligrosos?, y el peligro es mucho, claro... porque seguramente nos volverá locos. Me hiciste reír con lo de Arma de Destrucción Sexual Masiva. Pero insisto... no son esas armas infinitamente más interesantes que un tipito tradicional con el que ya uno sabe no pasará más de un polvo? No, a mí déjame con estos inocentitos, que igualmente sé a qué me atengo... y voy resignado y exhultante a mi deliciosa muerte como si de un éxtasis jeanned'arquiano se tratara.

Hairy4ever said...

Cierto, nada como un querubín inocentito de éstos trufado de todos lo peligros inimaginables... antes que un vulgar y anodino predecible.

Te imagino atado al poste de la pira... con una sonrisa enigmática... para pasmo de todos los presentes... qué sabrán ellos!